En este espacio expositivo, dos artistas presentan sus obras usando medios tradicionales: la pintura sobre lienzo y la cerámica. No obstante, lo hacen desde un acercamiento no convencional. Ambos trabajan con sus propias manos, creando piezas que invitan a reflexionar sobre la relación entre lo tangible y lo ilusorio. Pablo Guzmán presenta fondos continuos de color que flotan y se asemejan a ventanas hacia un cielo inexistente, un espacio imposible que se oculta tras la textura de ladrillos apilados. Estos ladrillos, que, como es sabido, están hechos de tierra o barro cocido, aluden a la civilización y su desarrollo.
Por otro lado, Juan David Henao, en su obra cerámica, nos introduce en lo prosaico a través de objetos que parecen vestigios de una sociedad oculta o perdida en un tiempo imaginario. Dispuestos sobre mesas y organizados en pequeños paneles, como en un mostrario de laboratorio, estos objetos-archivo sugieren la idea de investigación y descubrimiento, como si estuviéramos ante los restos de una cotidianidad que nunca existió o que aún no ha sido revelada.
La dualidad entre el cielo y la tierra está presente en ambas propuestas. Mientras los ladrillos representan lo concreto y lo civilizatorio, el firmamento es la ilusión, lo inalcanzable. En un sentido, se habla de lo poético y lo prosaico. Sin embargo, como señala Dewey en su reflexión sobre el arte, «las cimas de las montañas no flotan sin soporte; son la tierra en una de sus operaciones manifiestas». Esta metáfora nos recuerda que el arte no se eleva solo por la fuerza de la imaginación, sino que se arraiga en lo cotidiano, siendo una manifestación destacada de la vida diaria.
In this exhibition, two artists present their works using traditional media: painting on canvas and ceramics. However, they do so from an unconventional approach. Both work with their own hands, creating pieces that invite us to reflect on the relationship between the tangible and the illusory. Pablo Guzmán presents continuous coloured backgrounds that float and resemble windows into a non-existent sky, an impossible space hidden behind the texture of stacked bricks. These bricks, which are known to be made of earth or baked clay, allude to civilization and its development.
On the other hand, Juan David Henao, in his ceramic work, introduces us to the prosaic through objects that seem to be vestiges of a hidden or lost society in an imaginary time. Arranged on tables and organized in small panels, as in a laboratory display, these archival objects suggest the idea of research and discovery, as if we were looking at the remains of everyday life that never existed or that has not yet been revealed.
The duality between heaven and earth is present in both proposals. While the bricks represent the concrete and the civilizational, the firmament is the illusion, the unreachable. In a sense, one speaks of the poetic and the prosaic. However, as Dewey points out in his reflection on art, ‘mountaintops do not float without support; they are the earth in one of its manifest operations.’ This metaphor reminds us that art does not rise by the power of the imagination alone, but is rooted in the everyday, being a prominent manifestation of everyday life.
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